Ya respiramos el Intercontinental Rally Challenge y se prevee un próximo fin de semana muy “peleado”, ya que dada la naturaleza competitiva en asfalto, entre los probables ganadores están el Checo Jan Kpècky, el Inglés Guy Wilks, el Portugués Bruno Magalhaes y el español Alberto Hevia.
Difícil se presenta para las tripulaciones las etapas, con su mezcla de sectores accidentados, estrechos y secciones rápidas. Con base en la Isla de Gran Canaria, situada a unos 100 kilómetros de la costa de Marruecos, con un clima cálido y soleado, donde la lluvia no está invitada.
La tercera isla más grande del archipiélago, la característica más notable de las etapas, es la superficie abrasiva que se debe en parte, al ser construidas a partir de un terreno volcánico. Esto significa que los niveles de adherencia son altos y en caso de lluvia se mantienen constantes, aunque el desgaste del neumático puede ser el premio.
Con frecuencia las etapas van subiendo y bajando, los conductores tienen que prestar mucha atención a la velocidad que llevan y las decisiones que adopten en cada curva, para garantizar una óptima dinámica, la que se mantiene en todo momento. Eso también pone en el tapete, la responsabilidad mecánica de un coche, con una precisa puesta a punto.
A diferencia de la mayoría de los rallys de asfalto de Europa, la naturaleza de las carreteras de Gran Canaria, significan cortar la esquina con menos frecuencia y la grava no se está arrastrando en los caminos, por lo tanto, la posición de partida es un factor menor, en comparación con otras pruebas sobre asfalto, donde ir más abajo en la orden de salida puede ser una desventaja. Tambien debemos agregar que la probabilidad de pinchazos, es también reducida.
