Pena, vergüenza, es lo que durante este último tiempo nos ha tocado vivir. La Sacro Santa FIA y su Gran Estrategia, han matado el WRC. Textualizo nota de mi amigo Fernischumi, publicada en Racingpacion.com:
"Jari-Matti Latvala y Sébastien Loeb llegaban al último día separados por menos de un minuto y con el hecho de abrir pista como principal problema".
"La misma mañana del sábado la competición dejó paso a un espectáculo más propio de una partida de ajedrez. Todo comenzaba tras unos supuestos problemas eléctricos en el Citroën C4 WRC de Sébastien Ogier. El galo, que estaba por delante de Latvala en la clasificación y por lo tanto en la pista, penalizaba por salir tarde del parque de asistencia, pasando de la segunda hasta la quinta posición. Esto dejaba al finlandés de Ford justo detrás de su rival y por lo tanto le restaba toda la ventaja que podría obtener con Ogier y Loeb limpiándole los tramos".
"En una nueva muestra de talento estratégico, Malcolm Wilson llamaba a Mikko Hirvonen, que se había reenganchado por medio del Super-Rally, para que este adelantara su posición y saliera por delante de su compañero. Quesnel hacia lo mismo y se terminaba de cargar el resultado de Ogier ordenándole que hiciera lo propio con Loeb. Y todo este culebrón antes de empezar la competición".
Toda una suerte de acomodos, prorrogas, maletines, por lo que es mejor dejar que las imagenes hablen por si solas, corre video...
Produce chunflai vía youtube.